En medio de la remodelación de la Plaza Rivadavia, unos desconocidos atacaron con piedras uno de los monumentos dispuestos en el espacio público.
En 1928 la ciudad de Bahía Blanca celebró sus primeros cien años de existencia y la comunidad inglesa, representada por la propiedad que tenían empresas de ese país de los ferrocarriles y los puertos locales, decidió rendir homenaje a ese singular aniversario construyendo un monumento donde aparece una fuente con un obelisco de 5 metros de altura, todo un conjunto revestido en mármol de Carrara.
Tal como sucedió anteriormente cuando fue dañada la fuente del parque de mayo al poco tiempo de haber sido restaurada, esta es una muestra del poco respeto por el patrimonio público que tienen algunos bahienses. Una vez que el gobierno se puso las pilas para embellecer algo que es de todos, esta actitud dañina no puede provocar más que indignación.
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